A finales del mes de junio se producen los grandes momentos del curso solar. El Solsticio de Verano y la noche de San Juan se convierten en fechas claves en las que se rinde homenaje y cobra un especial protagonismo el Sol. Los días son más largos y las noches más cortas.
Es el tiempo en el que la luz reina sobre el poder de las tinieblas. Días y noches en los que comienza un nuevo periodo y se abren las puertas al mundo invisible. Y este mes, os queremos mostrar algunos de los lugares y ceremonias que todavía hoy se producen para venerar al Astro Rey y en los que se destruye, bajo el agua y el fuego, lo malo y dañino.
La noche de San Juan es paradójica. Por un lado se trata de la más corta del año, por la posición de la Tierra respecto al Sol, y sin embargo la intensidad con la que se disfruta la convierte en una de las noches más largas. En su festejo, no puede faltar un buen fuego para prolongar la luz y ritualizar la quema de todo lo malo acontecido en los últimos doce meses. A partir de ahí, son tan variadas como coloridas las manifestaciones de alegría que tienen lugar a lo largo y ancho de España.
El ritual de San Juan(aqui teneis todo lo que se hace esta noche) se perpetúa. En toda España comienzan a almacenarse cartones y maderas, prestos a ser prendidos junto al arrullo del mar o en los espacios habilitados a tal fin. La noche del 23 de junio es una de las citas más mágicas del almanaque, a la que consagran cuerpo y alma los espíritus festivos. El día pertenece al santo. Misas mayores honrando a San Juan, fiestas populares, música, bailes y degustaciones culinarias se suceden durante la mañana y la tarde. La noche, se debe al rito ancestral, tan antiguo como la humanidad misma. Cuando los días eran cada vez más cortos, se creía que el sol no recuperaría su pleno esplendor. Por esta razón, los antepasados rendían tributo al astro rey con el fuego, en torno al cual se celebraban ritos de toda índole para devolverle energía.
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