La crítica cinematográfica de Jerónimo José Martín, presentador junto a Juan Orellana de Pantalla Grande:
Agua para elefantes (Water for Elephants) *** (7). En la actualidad, el anciano Jacob Jankowski (Hal Holbrook) relata su historia al gerente de un circo estadounidense. Recuerda así sus andanzas durante la Gran Depresión de los años 30. Por entonces, durante el examen de la última asignatura de su carrera de Veterinaria, Jacob (Robert Pattinson) es sacado del aula por la policía para que identifique los cadáveres de sus padres, que acaban de fallecer en un accidente automovilístico. Despojado de su casa y sus pertenencias, para cubrir las muchas deudas de sus padres, el joven acaba en el Circo de los Hermanos Benzini, dirigido por el tiránico y cruel August Rosenbluth (Christoph Waltz). Tras realizar los trabajos más humillantes, Jacob es nombrado veterinario oficial del circo, lo que le permite intimar con la esposa de August, Marlena (Reese Witherspoon), principal estrella del espectáculo, primero con sus caballos y después con una enorme y cariñosa elefanta. Pronto surge el amor entre Jacob y Marlena, que podrían pagar con sus vidas esa peligrosa aventura. A partir del best seller de Sara Gruen, el guionista Richard LaGravenese —especialista en este tipo de historias— y el director Francis Lawrence —responsable hasta ahora de filmes de terror como “Constantine” o “Soy leyenda”— desarrollan un melodrama extremado, que imita descaradamente el tono y la estructura narrativa y dramática de “Titanic”, al tiempo que rinde homenaje al siempre fascinante mundo del circo. Lawrence cumple tras la cámara —sobre todo en las secuencias más espectaculares—, y saca partido al excelente equipo técnico con que ha contado. Por su parte, Robert Pattinson y Reese Witherspoon logran una buena química entre ellos, mientras capean la ira del personaje de Christoph Waltz, muy similar al que interpretó en “Malditos bastardos”. De modo que la película se ve con agrado, aunque pesan su escasa originalidad, su ligereza dramática, su violencia a veces brutal y su exceso de arquetipos; por lo que nunca alcanza la potencia y emotividad de “Titanic”.
Cope.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario