Francis Lawrence nos lleva al circo con “Agua para elefantes” (ver tráiler), adaptación de la novela homónima de Sara Gruen. Bajo la carpa, asistimos al espectáculo de salvajes animales, unos encerrados en jaulas y otros en su pequeño mundo. A veces resulta difícil saber quiénes son los hombres y quiénes las bestias, y las atracciones rayan el drama más que lo cómico porque ningún payaso sale al escenario ni se respiran aires de humor. Es un universo de ilusiones y apariencias donde también hay historias de amor y celos, de violencia y venganzas, de rivalidades y lucha por la supervivencia. Los artistas y los trabajadores van de ciudad en ciudad montando y recogiendo la representación, y a veces se olvidan de que fuera hay otra vida posible donde las ilusiones se convierten en realidad.
Al circo de los hermanos Benzini llega por accidente Jacob, aspirante a veterinario que recientemente ha quedado huérfano y que pronto se siente atraído tanto por los animales como por Marlena, la mujer de August. August es un personaje complejo y tiránico, posesivo y colérico además de alcohólico, que no duda en sacrificar a humanos y no humanos después de sacarles todo el partido para el circo. La tensión y el suspense de los números circenses se trasladan a la vida, con Jacob tratando de domesticar a la Bestia y de enamorar a la Bella. Eran tiempos de la Gran Depresión americana, ahora recordados por un anciano Jacob que revive aquellos maravillosos años.
Un largo flashback al estilo “Titanic” (James Cameron, 1997) sirve para contarnos la tragedia del circo de los hermanos Benzini, con un espectacular comienzo que recoge con un buen diseño de producción toda la ambientación de época y el mundo del circo. Menos conseguido está el desenlace, con una última función rodada de manera aparatosa y con una huida poco verosímil. La música sinfónica de James Newton Howard nos envuelve desde el inicio en una atmósfera de ensueño para asistir a las acrobacias de Marlena y la elefanta Rosie o para ver la suerte de ese “material sobrante” en los vagones del tren. Funciona mejor el drama que la historia de amor, previsible y poco convincente, y especialmente destaca el malvado y contradictorio retrato de August con la buena interpretación de Christoph Waltz para darle el toque perverso y perturbador.
labutaca.net
"Pattinson, hace un trabajo aceptable para lo que esperábamos, más en su sitio como galán que como veterinario y domador. Pero su personaje no sufre apenas evolución" .... Bueh.. que cosita con estas críticas eh!!! Obvio que no comparto, se que no soy critica, pero hablo como una persona común que fue al cine y se emocionó, quitando mi admiración por Rob por supuesto. Pero le compré el personaje que hizo perfectamente... ¿¿¿Eso acaso no es ser buen actor???
ResponderEliminarSi Lou, las criticas son penosas, no se que les mueve para hacerlas pero esta que acabas de leer es la mejor creo de todas las que he visto hasta ahora. Supongo que se esperaban a un vampiro ... sino no me explico.
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