A veces el arte, ya sea música, escritura, o una película conmovedora, es demasiado complicado de forma innecesaria. Si hay demasiadas cosas, demasiados instrumentos, demasiado patrones de colores, demasiados personajes, la pintura, o una novela pueden sufrir de exceso de "demasiado." Probablemente todos hemos visto una película y nos hubiera gustado que fuera 40 minutos más corta o leer un libro y pensar, maldita sea, este no debería ser condensado y perderlo. Agua para Elefantes de Sara Gruen es uno de esos libros, pero el guión de Richard LaGravenese, no sufre de la misma indulgencia.
Debido a esto, Agua para Elefantes es uno de esos pocos momentos mágicos cuando una película es mejor que el libro en el que se basa, cuando todos los pequeños detalles hacen que la gente en general que ama el libro, se dejen llevar con el fin de hacer un producto mejor . Podemos perder algunos personajes y algunos giros o frases, pero como resultado tenemos una historia que nos anima a creer más en sus personajes y una trama que tiene mucho más sentido. Dicho esto, LaGravenese y el director Francis Lawrence realmente han trabajado para permanecer fieles a la esencia de las ideas de Gruen, aunque ajustando algunas cosas. Michael Mann podría aprender de ellos.
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Vía | Traducción y adaptación PattinsonWorld
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