En entrevista exclusiva para FUCSIA, el protagonista de Crepúsculo, Robert Pattison, se mostró como alguien tímido y alejado de la vida de Hollywood.
¿Cómo describe hasta hoy la experiencia de Crepúsculo?
Es difícil reflexionar sobre ella desde cualquier perspectiva, todo ha pasado tan rápido y explotó en un espacio de tiempo tan corto, que es una especie de supernova. Creo que pasarán diez años antes de que pueda procesarla.
¿Le preocupa lo que pase en su carrera después de terminar la saga?
Realmente, mis preocupaciones tienen que ver con la vida diaria, por ejemplo, el otro día venía del gimnasio y de pronto me di cuenta de que estaba usando la misma ropa que el día anterior.
Aparte de su trabajo, ¿a qué se dedica diariamente?
Paso mucho tiempo ocultándome.
¿La industria del cine lo afecta?
Hay días buenos y hay días malos, y me gustaría no estar tan lleno de pánico. Pero creo que he logrado mantener el trabajo separado de mi vida y, realmente, esto no ha afectado mi ego. Si no estoy trabajando no voy a ningún lado aparte de Londres, trato de no permanecer en Los Ángeles o en las fiestas de la industria.
¿Cuál es el actor que más admira?
Joaquin Phoenix, porque es uno de los pocos que realmente está tratando de romper fronteras. Creo que es muy valiente a la hora de elegir papeles.
¿Aparte de Edward, cuál es el personaje que más le ha gustado interpretar?
A Salvador Dalí, en Little Ashes, la película que cuenta la historia de Salvador, García Lorca y Buñuel. Me retó a entrar en un personaje profundo y cambiante. Fue muy divertido.
Hablando de Edward, ¿qué hay diferente en Eclipse con respecto Twilight y New Moon?
Edward tiene una gama mucho más amplia de las emociones. En las dos primeras películas, él era mucho más independiente, pero ahora tiene que participar, ser parte del mundo, y no puede ser tan distante si quiere aferrarse a sus relaciones.
¿Cuál es su escena favorita de la película?
Cuando Bella cree que me ha traicionado con Jacob y tengo que lidiar con eso y perdonarla. De hecho, es una de las escenas más interesantes de toda la saga.
¿Hay algo que no le guste de interpretar a Edward?
Ser un vampiro me hace sentir que envejezco más rápido. Cada seis meses llego de vuelta en el set y todos me dicen que me veo un año más viejo. El otro día cumplí 24 y me sentí como si tuviera 35.
¿Después de Crepúsculo tomará un receso?
Quiero seguir trabajando, porque para mí es como ir de vacaciones. Quiero seguir haciendo papeles que me inspiren, porque realmente creo que todos han definido mi personalidad.
Fuego, hielo, adolescentes & ‘Eclipse’
Mi sobrina de 17 años fue con sus amigas al estreno de Eclipse y sus reacciones fueron las esperadas: se emocionaron con el amor entre Bella y Edward, dudaron ante las intensiones de Jacob (y se derritieron con tu torso) y se preocuparon por la guerra entre Victoria, los Cullen y los Volturi. En una saga de libros, películas y todo tipo de mercadeo desarrollado para ese público, el éxito es contundente: Eclipse confirma que la saga Twilight es el mejor invento de Stephenie Meyer, su autora, para ilusionar a las adolescentes de todo el mundo con la fantasía del amor eterno que trasciende todo tipo de pruebas, incluso la muerte, en medio del bachillerato. Aparte de este público, es difícil que la película cautive. Ahora, no hay que olvidar que toda mujer tiene algo de adolescente ilusionada que puede lograr que la taquilla aumente. Sin embargo, es interesante analizar el papel de esta cinta, que comienza con una escena en la que Bella, en medio de un campo de flores, lee ante Edward el poema Fuego y hielo, del norteamericano Robert Frost. En esa escena, el vampiro brilla y ella lo admira en medio del idilio y la promesa de transformarla al terminar el año escolar.
Y es precisamente de la dualidad (entre el calor de Jacob –el hombre lobo– y su personalidad reservada, y el frío de Edward –el vampiro– y la familia Cullen) de lo que trata Eclipse. La protagonista debe dudar para poder tomar una decisión entre el amor casi obsesivo de Edward (y una familia de vampiros que poco a poco la adopta como parte de ella) y el calor impulsivo de un joven lobo que está perdidamente enamorado sin, aparentemente, ser correspondido. Al final, la decisión es obvia y la trama trascurre en medio de las rencillas que lobos y vampiros tienen por proteger a la joven Bella, que cada vez se aleja más del mundo de los humanos.
Esta dualidad es acompañada por un manejo de imágenes donde los colores son oscuros –casi góticos– cuando aparecen los vampiros, y de colores vivos cuando se trata de los licántropos o de escenas de amor. La historia evoluciona mostrando cómo algunos de los protagonistas se convirtieron en vampiros, dándole contexto al espectador.
Al final, la película se torna larga en medio de un guión que gira en torno a la evolución de un amor imposible, que resulta siendo mucho más interesante para las adolescentes y las mujeres enamoradas del amor. Seguramente, Eclipse será como sus dos antecesoras: un fenómeno de taquilla mundial, y en Colombia, donde ha alcanzado cifras récord. Pero la mejor forma de juzgar esta historia de amor es yendo al cine. Si usted no ha visto Twilight y New Moon (la mejor de las tres) le recomendamos que lo haga para que entienda esta historia y tenga fresca su memoria, porque faltan dos películas más para de ver si Bella finalmente se convierte o no en vampiresa adolescente.
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