Entrevista Robert en CANNES

De TheStar.com por Peter Howell:

CANNES, France - No hay decantadores de cristal de sangre para que Robert Pattinson sorba de ellos, o cuellos de vírgenes blancos como la leche para que los muerda Rob.

Los manjares de Pattinson, seleccionados ante él sobre una mesa de cristal con forma de una diosa griega arrodillada, no son las comidas típicas de un vampiro: un bol de patatas fritas, paquetes de chicle de menta, sabor manzana verde y una caja de bombones de See, importados de los Estados Unidos.

El hombre no muerto más sexy del mundo evita todas las tentaciones calóricas, pidiendo perdón si se va a otra habitación a fumar unas caladas de cigarrillos Camel light antes de empezar esta entrevista.

"¡Lo siento", dice, haciendo una pausa sólo para estrechar las manos. "Ahora vuelvo"

Pattinson vuelve unos minutos más tarde, luciendo una sonrisa en la que se ven sus extraordinarios dientes blancos. A pesar de los 28º del día soleado en el Festival de Cine de Cannes, lleva dos camisetas (una de manga corta sobre otra camiseta) y vaqueros de algodón con agujeros en las rodillas.

El pelo alboratado del actor, nacido en Londres, como siempre, parece que haya sido peinado por los dedos de las fans de los libros de Crepúsculo que lo han convertido en el objetivo de los gritos de las adolescentes.

"Es una locura", dice Pattinson, de 23 años, de su repentino éxito mundial. "Comí el otro día en un restaurante y si estás en un lugar durante más de una hora, todos se enteran. Había unas 500 o 600 personas fuera, observando y esperándome"

Él es animado y agradable mientras habla, bastante diferente del pálido y melancólico Edward Cullen que interpreta en Crepúsculo, un éxito en el 2008. y su secuela, Luna Nueva, que se estrena en los cines el 20 de noviembre.

Lo que significa que él tuvo que interpretar el papel, desde luego, y en el caso de Pattinson él utilizó el enfoque de un actor del método, intentando moverse como lo hace un vampiro. La hazaña se complicó por el deseo de la directora Catherine Hardwicke, los productores de la película y la escritora de Crepúsculo, Stephenie Meyers, de que no actuara como el típico chupasangres muerdecuellos.

"Ellos decían que querían reinventar el género de las películas sobre vampiros, por eso yo solamente intentaba imaginarme cómo representar a un vampiro, pero no como un vampiro", dice Pattinson, moviendo una mano hacia sus mechones castaños. "Miré muchos movimientos en las películas de samurais, por la tranquilidad. No utilicé ninguno. Es como sentirse Zen"

Finalmente, él determinó que la clave para entender a Edward era la soledad.

Pasé mucho tiempo solo. Intenté no hablar con demasiada gente. Mi instinto inicial fue no hablar con nadie en absoluto, por lo tanto mi primera línea hubiera sido la primera vez que habría hablado en un mes, así puedes lograr ese extraño dialecto. Pero es bastante duro hacer eso", dice riendo.

Más duro es cumplir las expectativas de lo que esperan los fans de Pattinson y de su coprotagonsita Kristen Stewart, que interpreta a Bella, el amor demasiado humano del inmortal y no muerto Edward.

Los fans se han emocionado tanto con los actores, que fantasean con que son pareja en la vida real, algo que ambos, Pattinson y Stewart han negado, aunque no de forma muy convincente, con un "sólo somos amigos".

(Las llamas del supuesto amor entre Pattinson y Stewart fueron avivadas el paso verano por los reportajes de los tabloides, que decían que la pareja estaba en Vancouver rodando Eclipse, la tercera película de la franquicia de Crepúsculo, que se estrenará en el 2010. Publicaron que se habían casado, que esperaban un hijo, aunque Pattinson acalla los rumores en el revista Vanity Fair del mes de diciembre, que acaba de salir a la venta)

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